Page 37 - Libro Pacifico
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Saberes y Sabores del Pacífico Colombiano Guapi y Quibdó
El ayuno de Semana Santa
Cierta vez Tigre convidó a sus amigos a una cacería. En la faena se cazó una ardilla
que no alcanzaba para los que habían ido a la montaña a gastar tanto tiempo
atisbando, hundiéndose en los pantaneros, subiendo y bajando lomas, y sintiendo
en carne viva la picadura de tábanos y moscos. Tigre, dueño de la iniciativa,
dividió el animalito en tres partes, y, con ellas en la mano, dijo con arrogancia:
esta parte de la cabeza hasta el pecho, me toca a mí por haberla derribado con
dificultades y sudores; los perniles también los cojo, porque me gustan mucho y
soy el más fuerte entre ustedes; y esta tercera parte la entrego a aquel que pueda
vencerme en lucha franca y sin guapuchas traicioneras. ¿Estamos amigos? Ante
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esta resolución, los cazadores se miraron entre sí, y comenzaron a murmurar:
!Tan agalludo el desgraciado! No darse cuenta de que si lo acompañamos en
esta aventura fue pensando en un agua chirle , aunque fuera…! Y salirnos con
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esta el avariento…! El mono sabe a qué palo trepa, dijo guacuco . Si no fuera
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por esta corre-tras-de ella que mantengo, lo enchicharía , y en presencia de
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ustedes lo embotellaba. La muenda me la queda debiendo. Como hay más días
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que longanizas…. Así le paga el diablo al que bien le sirve, emparejó rana. Pero
no nos pongamos a llorar. Intentemos algo. Tal vez con una grilla … Por la fuerza
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no, dijo la guagua. Más vale maña que fuerza… En guerra abierta nos aplancha ,
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porque es más fornido que nosotros. Con maña y astucia… Sí, con maña y astucia,
concluyó lombriz. Este hambriento tiene mucha polenta en el cuerpo y mucha
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maestría para cortarle el hipo a su enemigo... Se inventaron muchas fórmulas,
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y muchas se descartaron. Lo que pareció más acertado fue llamar a conejo para
que interviniera con su astucia. Conejo, sabiendo que su tío era un beato que no
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salía de la iglesia, comenzó diciendo: “para cada cual su alma en su palma” (cada
cual es hijo de sus propias acciones). Tigre, después de oír esta sentencia muchas
veces, preguntó sobresaltado: ¿Qué dice sobrino? –Que para cada persona su
alma está en su palma. Estamos en Semana Santa, tío, y no se puede comer carne.
Así dice la Iglesia. Sus amigos están satisfechos por haber ayudado a cazar la
ardilla de ver que solo usted va a quebrantar el ayuno. Si no le han dicho nada
es porque como usted es tan garañón … –¿Es decir sobrino, que me dejan llevar
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la presa para que me condene yo solo? ¡Ah! Malvados. Pues no será así. Mi alma
antes que todo. ¡Jesús creo! Ahora mismo divido este animalito y obligo a todos
a que lleven a sus casas lo que les pertenece…. De esta manera Tigre repartió la
ardilla sin robar a sus compañeros.
(Reconstruído a partir de Velásquez, Rogerio. Leyendas y cuentos de la raza negra. Revista
Colombiana de Folclor. Volumen II, No.4 Bogotá, 1960).
27 Llave de lucha.
28 Caldo sin sustancia.
29 Un pez de río.
30 Diarrea.
31 Enchichar: encolerizar.
32 Azotaína.
33 Pandilla.
34 Domina.
35 Fuerza.
36 Parar en seco al enemigo.
37 Devoto, rezandero.
38 Regañón.
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