Fuente:Democracy Now
El Secretario de estado de Georgia, Brian Kemp tiene una leve ventaja sobre la demócrata Stacey Abrams en el conteo de votos de las elecciones para la gobernación de Georgia. Abrams está disputando la posibilidad de ser la primera gobernadora negra en la historia estadounidense. A pesar de la ventaja de Kemp, Abrams se niega a darse por vencida debido a los miles de votos en ausencia que aún no han sido contados. El conteo actual para Kemp es del 50,5% de los votos. Si desciende a menos del 50%, la gobernación se definirá en una segunda vuelta electoral. Las elecciones en Georgia se vieron empañadas por las acusaciones generalizadas de intentos de suprimir el voto llevados a cabo por Brian Kemp, quien ocupa el cargo de secretario de Estado de Georgia. Para ampliar esta información, hablamos con Carol Anderson, directora del Departamento de Estudios Afroestadounidenses de la Universidad Emory y escritora. Su título más reciente es “One Person, No Vote: How Voter Suppression Is Destroying Our Democracy” (Una persona, ningún voto: nuestra democracia está siendo destruida con la supresión del voto).
Transcripción
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AMY GOODMAN: El pasado martes 6 de noviembre hablamos con Carol Anderson, directora del Departamento de Estudios Afroestadounidenses de la Universidad Emory y autora de “Una persona, ningún voto: cómo la supresión del voto está destruyendo nuestra democracia”. Por supuesto, Anderson estaba en Atlanta, donde también estaba Stacey Abrams. Hablamos cuando el recuento mostraba un reñido resultado en las elecciones por la gobernación. Aún no sabemos cómo se definirá, porque Stacey Abrams ha dicho que ella no concederá el triunfo en este punto. Le pregunté a la profesora Anderson sobre la ventaja del Secretario de Estado de Georgia Brian Kemp sobre Stacey Abrams en la carrera por la gobernación.
CAROL ANDERSON: Hay una cosa clara que estoy viendo. En el caso de Georgia, veo, francamente, el poder de la supresión del voto. Y lo que escucho son comentarios sobre las debilidades del Partido Demócrata y de que esto debería ser un victoria aplastante. Pero lo que no estamos teniendo en cuenta es que obtuvimos más votos en las elecciones de 2016, y sin embargo Trump ganó. Cuando analizamos lo que ocurre ahora, el número de votos que se necesitan para ganar debido a la masiva manipulación de los distritos electorales que existe en este momento, lo que vemos es que hace falta un tsunami demócrata para lograr un pequeño goteo. Y necesitamos incluir eso en nuestro análisis.
Cuando vemos lo que está pasando aquí en Georgia, no podemos olvidar que en los últimos dos años Kemp ha purgado de la listas al 10,6 por ciento de los votantes registrados en Georgia. No podemos olvidar que ha cerrado 214 centros de votación, la mayoría en barrios pobres y de minorías. No podemos olvidar que Kemp suspendió el procesamiento, solo en esta ronda, de 53.000 solicitudes de nuevos votantes, de los cuales el 70 por ciento eran afroestadounidenses. Entonces, cuando comenzamos a mirar con atención y en profundidad esos números… y ese es el análisis que no surgió inmediatamente de las elecciones de 2016: ¿Qué implica debilitar el derecho al voto a partir de la supresión masiva de votos? Esto es un elemento absolutamente clave en el que tenemos que pensar.
El trabajo sobre terreno que hizo Stacey Abrams fue fenomenal —no hay duda al respecto— tocando todas las puertas, yendo a 159 condados. Pero vemos una política del miedo frente a la política de la esperanza, y del cambio. Cuando analizas los resultados que se están dando en toda la nación, te encuentras, por un lado, con estas increíbles victorias, como una mujer palestina convirtiéndose en miembra del Congreso, y por el otro, al mismo tiempo, con Ted Cruz ganando Texas. Así que lo que tenemos delante es una nación que se está fracturando, debido a que las necesidades de la gente están siendo desviadas apartadas de lo importante a través del miedo y la supresión del voto. Si analizamos Florida, DeSantis es un candidato débil, pero también hay que pensar que la política del miedo es algo real en la sociedad estadounidense. Por eso ves a los republicanos, como Donald Trump, reforzando ese tipo de discurso, particularmente impulsando el “miedo blanco”, este temor a que el cambio demográfico que se está produciendo en Estados Unidos, visualizado y encarnado en Andrew Gillum, visualizado y encarnado en Stacey Abrams, puede ser demasiado estremecedor y amenazante. Brian Kemp fue uno de los que dijo, al final de la campaña y durante el debate, y sumándose a los comentarios sobre la caravana, que lo que Stacey Abrams realmente quería hacer era traer a todos estos “ilegales”. Y odio ese término, pero él lo uso y lo dijo de una manera que intenta crear la idea de estas personas son diferentes a nosotros, para deshumanizarlos. Dijo que Abrams quería traer a todos estos “ilegales” a Georgia para votar, y así robarle la elección a la clase trabajadora —”blanca”— de Georgia. Tenemos que entender el poder de eso.
Y ese poder, francamente, para muchos —demasiados— es más poderoso que lo que implican estos problemas individuales. Saben lo que implica no tener agua. Saben lo que implica no tener atención médica. Pero ese es el poder del miedo. Ese es el trabajo que hay que hacer. Rashad habló sobre lo necesario que es tener ese tipo de conversaciones dentro de la comunidad blanca. Ese es uno de los trabajos que hay que hacer terreno, para que podamos empezar a ver el Estados Unidos que realmente nos merecemos.
AMY GOODMAN: Esa es la profesora Carol Anderson, directora del Departamento de Estudios Afroestadounidenses de la Universidad Emory en Atlanta, hablando anoche desde Georgia. Esta mañana Stacey Abrams prometió permanecer en la contienda electoral por al gobernación.
STACEY ABRAMS: La democracia solo funciona cuando trabajamos por ella, cuando luchamos por ella, cuando la exigimos. Y al parecer, hoy, cuando estamos en fila durante horas para expresarnos en las urnas, ahí es cuando la democracia funciona. Pero estoy aquí esta noche para decirles que aún faltan votos por contar. Hay voces que esperaban ser escuchadas. A lo largo de nuestro estado la gente está abriendo los sueños de los votantes en los votos por correo. Y creemos que nuestra oportunidad de tener una Georgia más fuerte es aún posible. Pero no podemos lograr eso hasta que se escuchen todas las voces. Y les prometo esta noche que vamos a asegurarnos de que cada voto sea contado, cada voto.
AMY GOODMAN: Esa era Stacey Abrams. Miles de votos aún no han sido contados. Y de nuevo, si durante este recuento Brian Kemp cae por debajo del 50 por ciento de los votos, habrá una vuelta de desempate en diciembre. Esto es Democracy Now! Cuando volvamos, veremos a Alejandría Ocasio-Cortez hablando con Democracy Now! desde Queens, donde pronunció su discurso de victoria. Quédese con nosotros.