Hay suficientes evidencias históricas y científicas que corroboran que Belén de Bajirá en efecto siempre ha sido parte del Chocó, este territorio ya estaba incluido en lo que antes era llamado el Cantón del Atrato por los conquistadores españoles, así ratificado por Simón Bolívar con la Ley 8 de 1821 y hoy Departamento del Chocó fundado mediante la Ley 13 de 1947.
Si ahondamos en el debate jurídico, los gobernadores del Chocó y Antioquia en 2003 solicitaron al Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGAC – hacer un estudio detallado en el terreno para definir los límites. En 2005 se realizaron varios análisis técnicos y todos dieron el mismo resultado, Belén de Bajirá está en el Chocó: Concepto de la Sociedad Geográfica Colombiana (8 de marzo), Concepto del IGAC (16 de abril), concepto del CIAF sobre análisis multitemporal de la dinámica fluvial (10 de junio). Posteriormente en 2007 la Comisión Delimitadora del Senado aceptó estas pruebas.
Son tan contundentes las evidencias jurídicas y científicas de la territorialidad chocoana de Belén de Bajirá en el Chocó, que a sectores de Antioquia nos les ha quedado más que dar un debate político y mediático porque el jurídico está perdido.
Pero dejando a un lado las divisiones políticas y observando el aspecto cultural, social, étnico e incluso la problemática social, Belén de Bajirá hace parte de la región pacífica que va desde la costa nariñense hasta el Gran Darién, incluso hay afinidad cultural con lo que hoy se conoce como el Urabá Antioqueño que a propósito era parte del Chocó hasta 1905.
Como Fundación ACUA hemos trabajado en equipo por años con las comunidades en proyectos productivos con contenido cultural en buena parte del Pacífico y la sensación que nos queda es que pese a que hablamos de un territorio del cual distintos departamentos tienen parte, en realidad el Pacífico es una gran región cultural y geográfica y social. De esta gran Integridad territorial hace parte Belén de Bajirá.
La historia de Belén de Bajirá bien puede ser la de todo Pacífico colombiano. Para amplios sectores políticos y económicos, el Pacífico siempre ha sido percibido como una gran ‘región deshabitada’ que sirve para extraerle recursos o para aprovechar (o apropiarse) de sus inmensas y ricas tierras ya que ‘no son de nadie’ porque es que allá ‘no vive casi nadie’, “solo negros y mosquitos” dijo alguna vez un embajador colombiano en Italia.
Belén de Bajirá vive en la extrema pobreza, con índice de necesidades básicas insatisfechas del 83%, analfabetismo del 33% y sólo el 2% de sus habitantes tiene alcantarillado. (Datos Gobernación del Chocó). Pero esto no pasa solo en Belén, también los municipios contiguos de Antioquia tienen similares indicadores de pobreza extrema así como los municipios pacíficos del Valle del Cauca y Nariño.
En el año 2.000 dos factores fueron muy importantes para que se desde Antioquia incentivara el sentimiento regional hacia Belén de Bajirá: Primero el Chocó lo reconoció como municipio y segundo, el INCORA también reconoció propiedad colectiva de la tierra a varias de sus comunidades (territorios colectivos afro Ley 70). En ese momento líderes políticos y económicos del departamento de Antioquia reaccionaron exigiendo la propiedad de Belén.
También desde aquellos años empresas en buena parte con capital antioqueño se apropiaron de extensos territorios para sembrar monocultivos extensivos de palma africana, territorios que hay que recordar por ley le pertenecen a las comunidades. (Resoluciones 2909 y 2801 del INCORA).
En los años 90 y 2000 los grupos paramilitares desplazaron comunidades afro de amplios territorios del Chocó, decenas de masacres se perpetraron y miles de familias tuvieron que dejar sus territorios para salvar sus vidas. No deja de ser paradójico que las comundiades recién empoderadas territorialmente gracias a la Ley 70 tuvieran que abandonar las tierras en las que llevaban siglos.
La resolución 39 de la Defensoría del Pueblo de Junio de 2005 denunció que el paramilitarismo desplazó las comunidades afro no sólo de Belén de Bajirá sino de las comunidades de Jiguamiandó y Curvaradó; posteriormente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, dictó medidas provisionales en esos mismos territorios. El 29 de enero de 2008 el periodista Norbey Quevedo en El Espectador realizó una investigación llamada “el dossier de los palmeros” donde informó que la Fiscalía estaba investigando a 23 empresarios que se habrían aliado con paramilitares para desplazar a las comunidades de sus territorios, varios de ellos en Belén de Bajirá y así apropiarse de sus tierras. https://www.elespectador.com/impreso/investigacion/articuloimpreso-3695-el-dossier-de-los-palmeros No obstante lo anterior (despojo de tierras, denuncias en los medios de comunicación, resolución de la Defensoría del Pueblo y medidas provisionales de la CIDH) Muchas de estas tierras aún siguen en propiedad de estos cuestionados empresarios justamente en Belén de Bajirá.
Como si lo anterior fuera poco, también en Belén de Bajirá según el investigador de la Universidad Nacional Oswaldo Carmona hay potenciales yacimientos de oro, níquel y cobre. Es decir, la zona también ofrece mucho interés para empresas extractivas y estarían en disputa futuras regalías.
En suma, el debate que genera Belén de Bajirá no es simplemente “una disputa entre dos departamentos por un caserío”, aquí está en juego la continuidad de un proceso de desplazamiento territorial y cultural ya histórico de Antioquia hacia el Chocó, están en juego tierras que han sido despojadas a comundiades y que son sus territorios colectivos que por ley les pertenecen, está en juego el potencial minero energético del territorio, todo esto mientras las comunidades afro siguen viviendo en la pobreza extrema, como en todo el Pacífico.
Desde la Fundación ACUA promovemos que Belén de Bajirá así como todo el Pacífico colombiano no sea visto como una gran despensa de recursos para extraer sino una gran reserva ambiental y cultural de Colombia y el planeta. También reiteramos que en el Pacífico viven comunidades afro amparadas por la Constitución y que son tan colombianas como cualquier persona en Bogotá o Medellín. Finalmente destacamos que en estas comunidades del Pacífico entre las que se incluye a Belén de Bajirá se preserva buena parte del invaluable acervo cultural que le da identidad a Colombia.
Fundación ACUA