Fuente: El Comercio
El Museo Nacional Afroperuano cumple 10 años difundiendo la historia y las diversas expresiones de la cultura afroperuana. Anímate a conocerlo, el ingreso es libre.
A solo cien metros del Congreso de la República, alejado de los acalorados debates de nuestros parlamentarios y guarecido entre las paredes de la virreinal Casa de las Trece Monedas, se encuentra desde hace 10 años el Museo Nacional Afroperuano, un lugar de visita obligada que nos permite conocer la memoria de la cultura afro y su aporte a nuestro país. Una historia de esclavitud con final de libertad, de lucha, ritmo y mucha cultura, que se sigue escribiendo hasta nuestros días.
Son escasos los pasos que separan al museo del caos y el bullicio de la avenida Abancay; sin embargo, aquí todo es diferente, el 542 del jirón Áncash recibe al visitante con una fachada que nos transporta a la segunda mitad del siglo XVIII: portón de madera labrada y cornisa adornada con motivos de flores son señales de que estamos frente a un inmueble que es Patrimonio Cultural de la Nación (1972). El ingreso es libre para el público en general, solo basta entregar el DNI en la entrada y firmar una hoja de registro para acceder a las nueve salas que componen la exposición permanente.
El recorrido inicia en los orígenes de la esclavitud africana en Europa y su llegada a nuestro país hacia 1528, con los primeros españoles que arribaron a las costas de Tumbes, como se señala en los paneles informativos. Más adelante se cuenta sobre las actividades que ejercieron los esclavos durante el virreinato y los salvajes castigos que recibían de parte de sus dueños si incumplían las normas impuestas: azotes, amputaciones, castración, encierro en celdas y el cepo, son algunas de las atrocidades que se pueden leer.
El cepo, una de las formas más salvajes de castigos a los esclavos durante el virreinato. (Foto: www.congreso.gob.pe)
Las siguientes salas relatan las formas más comunes para alcanzar la libertad a la que recurrían los esclavos, como la fuga, por ejemplo; y luego el proceso de abolición de la esclavitud, que se concretaría con el decreto de Ramón Castilla, que entraría en rigor el 3 de diciembre de 1854.
Finalmente, los otros espacios del museo están dedicados a las expresiones artísticas de la cultura afroperuana, ahí se pueden ver instrumentos como el cajón peruano, la cajita, la quijada de burro y el checo, así como fotografías de sus danzas y vestimentas más emblemáticas. Se muestran también a los más máximos exponentes afroperuanos entre los que se cuentan a tradicionalistas e investigadores como los hermanos Nicomedes y Victoria Santa Cruz, luchadoras sociales como María Elena Moyano, héroes nacionales como el grumete Medina, además de artistas y deportistas destacados.
Los asistentes pueden tocar los instrumentos que se encuentran en la sala. (Foto: www.congreso.gob.pe)
Mención aparte merece el recinto como tal, las habitaciones de la Casa de las Trece Monedas son de techo alto con imponentes pórticos de madera; el piso empedrado de los dos patios, las escaleras y pasillos largos evocan una arquitectura monumental que todavía tenemos suerte de admirar como parte de la visita al Museo Nacional Afroperuano.
En el segundo patio se puede apreciar la efigie del reconocido acuarelista mulato Pancho Fierro. Reproducciones de sus obras se muestran en diversas salas. (Foto: www.congreso.gob.pe)