A diferencia de algunos políticos, puedo admitir un error: Nelson Mandela

A diferencia de algunos políticos, puedo admitir un error: Nelson Mandela

Fuente: Actualidad RT

En cualquier rincón de Sudáfrica se pueden encontrar bustos y estatuas de Mandela. Su imagen de héroe inspira tanta seguridad que el Banco Central emitió en 2012 billetes con su rostro. La aerolínea más importante del país, South African Airways, tiene sus aviones engalanados con la silueta del expresidente.

Nombres

Nelson Mandela tenía 6 nombres. Algunos, como ‘alborotador’, se remontan a su infancia, otros, como ‘coordinador del diálogo’, reflejan el respeto que sentía por él su pueblo.

Mientras tanto, su nombre ‘oficial’ quedó inmortalizado en decenas de calles, parques y puentes de todo el mundo. El líder sudafricano tiene una partícula nuclear propia —’Mandela nelson’— descubierta en 1973 por los físicos de la Universidad de Leeds (Reino Unido). Da nombre además a una especie prehistórica de pájaros carpinteros bautizada en su honor (‘Australopicus nelsonmandelai’) y a una orquídea (‘Paravanda nelson mandela’).

Abogado

En 1953 Mandela y su compañero político Oliver Tambo fundaron el primer bufete de abogados del país compuesto explusivamente por negros, Mandela & Tambo. Su misión era defender a la gente afectada por la legislación del ‘apartheid’. La oficina fue destruida y quemada en el año 1960, cuando el Gobierno ilegalizó el Congreso Nacional Africano (CNA), dirigido por Mandela, y lo clasificó como organización terrorista.

‘Futbolista’ honorífico

El líder sudafricano no solo fue miembro honorífico de numerosas instituciones, sino también del club británico de fútbol Manchester United.

Terrorista

EE.UU. mantuvo la calificación de “terrorista” para Mandela hasta el año 2008, cuando el entonces presidente, George W. Bush, firmó la ley que lo excluyó a él y a otros líderes sudafricanos de la llamada “lista de terroristas vigilados” de Washington.

EE.UU. contribuyó a su detención

Los pormenores de la detención de Mandela en agosto de 1962, que resultó en 27 años de reclusión, siguen siendo un misterio. Sin embargo, se cree que fue un agente del CIA quien advirtió a las autoridades sudafricanas de que el hombre a quien tanto buscaban iba a pasar por una autopista de los alrededores de la ciudad de Howick y dio detalles del coche en el que iba a viajar.

Rechazó la libertad en seis ocasiones

El régimen del ‘apartheid’ ofreció a Mandela la libertad condicional en seis ocasiones. Él siempre la rechazó. “Sueño con ser libre. Pero me importa más la libertad de ustedes (…). ¿Qué libertad se me ofrece cuando la organización popular [CNA] está prohibida?”, explicó en uno de los comunicados.

Convertir a los guardias

Mandela cumplió la mayor parte de su condena en la prisión de la isla de Robben. Los reclusos se reunían en grupos pequeños en los que llevaban a cabo debates socráticos. Mandela aprovechaba esos momentos para explicar su movimiento a los guardias que consideraba abiertos al diálogo. Todos los guardias eran blancos.

Memorias enterradas en un huerto

En la década de los 70 Mandela escribió en secreto sus memorias. Las metió en recipientes de plástico y las enterró en el huerto que cultivaba en la cárcel. Esperaba que un compañero de prisión que estaba a punto de salir las sacase. Sin embargo, la administración de la cárcel descubrió las cajas cuando empezó a construir una nueva muralla que pasaba por el jardín y retiró a Mandela sus previlegios de estudio.

Un novio rechazado

En 1995 Mandela, quien ya vivía separado de su segunda esposa, Winnie Madikizela-Mandela, pidió la mano de su compañera de partido Amina Cachalia, quien lo rechazó. “Soy una persona independiente y hace poco he perdido a mi marido, a quien tenía un gran respeto”, argumentó. En 1996 Nelson formalizó su divorcio y en 1998 se casó con Graça Machel.

Una casa en forma de cárcel

En su aldea natal, Qunu, Mandela se hizo una casa similar a la residencia de los guardias de prisión del centro penitenciario Victor Verster, en la que había cumplido los últimos años de su condena. Según comentaba, quería vivir en la réplica de su prisión porque después de tanto tiempo estaba familiarizado con el edificio, con lo que “no tenía que ir a tientas por la noche en busca de la cocina”.

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