La afrocolombianidad más allá del folclor

La afrocolombianidad más allá del folclor

Fuente: Señal Colombia

La afrocolombianidad parece exaltarse en Colombia con demasiada frecuencia por sus manifestaciones folclóricas más que por la importancia de todo lo que representa esta comunidad para el país, su historia y nuestra conformación como nación. Por eso, por ejemplo, los esfuerzos recientes del Ministerio de Cultura se han enfocado en mostrar que la afrocolombianidad es mucho más que algunos aspectos folclóricos y que, por el contrario, tiene que ver con nuestra visión como país y todo lo que representa dicha comunidad la cultura colombiana.

Colombia es un país con una riqueza multicultural digna de destacarse, por lo que también es considerado un país mestizo, es decir, una nación cuya conformación racial es producto de la mezcla de diferentes procedencias, tales como la indígena, la afrodescendiente, europea, entre otras. Su conformación como nación, lejos de poderse atribuir únicamente a una región del país, hace parte de un crisol de herencias dentro de las que también se encuentra la afrocolombiana.

“La afrocolombianidad es mucho más que un asunto musical, un código de vestir y sentir diferentes de quienes pertenecen a ella, sino también una parte integral de nuestra historia.”

Así como la tradición del colono paisa de la región antioqueña, del campesinado boyacense y cundinamarqués o incluso la tradición criolla descendiente directa de los españoles y afincada en varias regiones del país, las comunidades afrocolombianas también han dejado un legado indispensable en la conformación de la Colombia que conocemos hoy en día y que va mucho más allá de lo que la tradición popular propone: la afrocolombianidad es mucho más que un asunto musical, un código de vestir y sentir diferentes de quienes pertenecen a ella, sino también una parte integral de nuestra historia. Las comunidades afro en Colombia también constituyen parte de nuestra memoria como nación, es decir, de la conformación de Colombia como una nación.

Sin embargo, en pleno siglo XXI parece que las comunidades afrocolombianas todavía tienen que luchar por ese lugar, y hasta hace muy poco, por esfuerzo del Gobierno Nacional, se han empezado a reconocer sus aportes históricos, culturales y sociales: aunque desde la constitución de 1991 -181 años después de la fecha oficial de independencia del imperio Español- se reconocieron como pueblo parte de la diversidad étnica y cultural de la nación, y solamente hasta 2011 el Ministerio de Cultura realizó la declaración de mayo como el Mes de la Herencia Africana.

“La afrocolombianidad va mucho más allá de ver a las comunidades afrodescendientes colombianas como otro componente de la colombianidad por sus manifestaciones culturales.”

Esta fecha, según explicó el Ministerio de Cultura, fue promovida para visibilizar y revalorizar la participación de las comunidades negras en la sociedad colombiana, la construcción de la nación, sus expresiones y manifestaciones de diversidad cultural y social para contribuir con ello a la lucha contra el racismo y la discriminación en Colombia.

En otras palabras, el Ministerio de Cultura quiere asegurarse de que los colombianos comprendan que la afrocolombianidad va mucho más allá de ver a las comunidades afrodescendientes colombianas como otro componente de la colombianidad por sus manifestaciones culturales, como su gastronomía, su música y su tradición literaria, sino también por aspectos sociales de resistencia y construcción de la nación colombiana en su extensa historia. Por ejemplo, la tradición libertaria que surge de San Basilio de Palenque, pequeña población en el departamento de Bolívar, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, y también considerado la primera comunidad afrodescendiente libre de América.

¿Teníamos los afrocolombianos una historia diferente a la historia del resto de la nación?, ¿por qué no la enseñaban en las escuelas y colegios del país? – Juan de Dios Mosquera Mosquera

Capítulo de Invisibles, serie de Señal Colombia, en el que se plantea una reflexión a varias voces sobre la invisibilización y el blanqueamiento histórico del que han sido víctimas los afrodescendientes.

“Descubrimos que la nación colombiana es una nación mestiza que durante cinco siglos se ha conformado de la mezcla o mestizaje entre la africanidad, la indigenidad y la hispanidad. Que en el cuerpo y las vidas de cada colombiano y colombiana están presentes estas tres raíces y fundamentos de la nacionalidad, indistintamente de que tengamos la piel muy clara que hasta hace creer a muchos que son europeos blancos, o tengamos la piel muy oscura, o que hayamos nacido en el Chocó o en Tunja”, declaró Juan de Dios Mosquera Mosquera, director nacional del Movimiento Cimarrón, en su texto Interculturalidad en la génesis del movimiento nacional afrocolombiano Cimarrón.

Mosquera, desde la fundación del movimiento ha insistido que la visibilización de la interculturalidad en el país de la comunidad afrodescendiente es una de las mejores formas de reconocer a las comunidades afrocolombianas como una parte tan importante de la nación como cualquier otra comunidad étnica que han sido invisibilizadas de diferentes formas, entre ellas su verdadero número poblacional o la reducción de sus aportes a la construcción del país como puros ítems folclóricos que no dan cuenta del peso que su existencia tienen para Colombia.

Al minimizar la importancia de la comunidad afrodescendiente a puros aspectos folclóricos como sus bailes o su forma de vestir, se reduce significativamente el verdadero impacto que tienen estas comunidades en el todo cultural colombiano. Felipe Garzón (Sociólogo)

Al respecto, Mosquera Mosquera ha hecho énfasis en declaraciones públicas que, aunque según el último censo oficial realizado por el Dane (en 2005) la población afrodescendiente alcanzaba 4,3 millones de ciudadanos de dicha comunidad, es decir poco más del 10% de la población, este número dista de la realidad y es una forma más de invisibilizar la importancia que tiene la afrocolombianidad en el país, pues para él y el movimiento en la actualidad de cada 100 colombianos al menos 40 son afrodescendientes, es decir, nuestra comunidad afrocolombiana no estaría representada en solo el 10% de la población sino en el 40%, sumando casi la mitad del censo poblacional del país.

Según explicó Felipe Garzón, sociólogo y especialista en Estudios Culturales, es muy común que se confunda la cultura con simples elementos del folclor como los únicos aportes que han hecho las comunidades afrocolombianas al país, en parte por la idea ampliamente difundida de que la cultura es la suma de manifestaciones culturales y no todo un código, un sistema de creencias y valores que en conjunto conforman la Cultura -en mayúsculas- de un país. De esa manera, al minimizar la importancia de la comunidad afrodescendiente a puros aspectos folclóricos como sus bailes o su forma de vestir, se reduce significativamente el verdadero impacto que tienen estas comunidades en el todo cultural colombiano, que desde su tradición gastronómica hasta de ciertas formas de respuesta social propias de la colombianidad no existirían si no hicieran parte la conformación cultural colombiana.

El mayor aporte que ha sido invisibilizado de los afro ha sido el pensamiento filosófico. Era una ética de convivencia con el todo, una cultura de la fraternidad. El hombre africano es eso: es un hombre de valor. William Mina (Académico)

Por ahora, para hacernos una idea de la importancia que tiene la afrocolombianidad para Colombia como nación, hace falta nada más saber que desde su llegada al territorio nacional, mucho antes de ser conocido como Colombia, estas comunidades nos acompañan habitando el litoral de la Re­gión del Pacífico, en los de­partamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño; otros poblaron algunos luga­res de la Región del Caribe como Santa Marta, Riohacha, Tolú y el Darién y algunos, el departamento de San An­drés, Providencia y Santa Catalina.

De la misma forma, esta población también se encuentra ubicada en las re­giones cálidas de los valles de los ríos Magdalena, Cau­ca, San Jorge, Sinú, Cesar, Atrato, San Juan, Baudó, Patía y Mira. También es clave tener en cuenta que los grupos afrocolombianos son tan complejos que presentan rasgos culturales africanos que varían al interior del territorio nacional, dependiendo de las características climáticas y geográficas del lugar donde están asentados, además de la influencia de otros grupos humanos que ocupan el mis­mo espacio.

Por eso, desde Señal Colombia, además de presentar una colección de programas este lunes 21 de mayo a partir de las 8:00 p.m., hacemos una invitación a leer el compilado de autores afrocolombianos llamada Biblioteca de la literatura afrocolombiana, que se encuentra en físico y digital y que contiene una cantidad importante de textos y autores en PDF para leerlos y aprender de nuestras propias raíces sin moverse de casa.

Por ejemplo, siempre se puede explorar la Antología de mujeres poetas afrocolombianas, la obra de Manuel Zapata Olivella, las líneas poéticas de Alfredo VanínLenito Robinson-bent o los Tambores de la noche de Jorge Artel como una forma de conocer la cultura colombiana a fondo más allá de las representaciones visuales clásicas, casi siempre reducidas a aspectos del folclor.

 

 

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