Desde ya hace bastante tiempo, Europa, un continente que se enorgullecía de su superioridad blanca, se ha vuelto cada vez más diverso. Son sobre todo los habitantes de las excolonias europeas del siglo XIX y XX que han migrado al antiguo continente con el fin de tener una mejor vida; adoptando la cultura, el idioma y la nacionalidad del país que los acoge. Así mismo, podemos ver el cambio en el fenotipo europeo en los participantes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En este texto veremos algunos ejemplos de este cambio.
Uno de los países que más se ha caracterizado por cambiar su cara ha sido Francia. No solamente en el mundial de futbol de Rusia 2018, sus atletas han tenido representación afro, pero esto no solo se limita a esta selección, sino también a la delegación olímpica enviada a Tokio 2020. Prácticamente, todos los equipos franceses que obtuvieron medalla de oro tenían representación afro, tanto los equipos de balón mano, femenino y masculino, como en los equipos de basquetbol y judo entre otros. Precisamente la atleta Clarisse Agbegnenou fue una de las más destacadas, puesto que no solo alzó la presea dorada en Judo femenino individual, sino que también lo hizo en Judo mixto por equipos, dándole a su país dos medallas de oro.
Otro ejemplo afro de este continente fue Gran Bretaña. Si bien este país no tiene una selección de futbol, sino tres, la selección de futbol de Inglaterra también es diversa. Es el equipo de atletismo masculino, que consigue medalla de plata en 4×100 que solo está conformado por afros. Las mujeres tampoco se quedan atrás y en la misma prueba, obtuvieron la medalla de bronce, el equipo que también estaba conformado por mujeres afro. Sin embargo, no es solo en atletismo que los afro-ingleses consiguieron medallas, en ciclismo BMX Kye White se colgó la medalla de plata, y en la prueba femenina su compatriota
Beth Shriever obtuvo la presea dorada.
Sin embargo, Italia no se queda atrás. Una vez más los afros brillaron en atletismo, en este caso Lamont Marcell Jacobs, se quedó con la medalla de oro en los cien metros planos masculinos e hizo parte del equipo de relevos de 4×100 que obtuvo oro, dándole 2 medallas a su país. Otro caso fue el de la esgrimista Alice Volpi que se quedó sin medalla individual, pero consiguió bronce en florete por equipos femenino. Finalmente, Italia tuvo una medalla de bronce en lucha masculina, gracias a Abraham de Jesús Conyedo Ruano. Si bien el nacido en Cuba solo tuvo una derrota, este perdió contra Kyle Frederick, lo que lo obligo a ganar un duelo por el bronce que ganó.
Ahora pasaremos a Países Bajos, que todas sus medallas afro, estuvieron centradas en el atletismo. La atleta más destacada más destacada sin lugar a duda fue Sifan Hassan, la nacida en Etiopía obtuvo dos medallas de oro y una de bronce. Las medallas doradas fueron en atletismo de 5000 metros y 10000 metros, la medalla de bronce la obtiene en los 1500 metros. Su compañero, Abdi Nageeye, también le dio una medalla a su país. Esta vez en la prueba de maratón, donde el keniata Eliud Kipchge se quedo con la presa dorada. El neerlandés llegaría un minuto y veinte segundos después. Finalmente, el equipo de revelos también se quedo con la medalla de plata. El equipo de Terence Agard, Ramsey Angela, Liemarvin Bonevacia y Tony van Diepen, obtuvo récord nacional en la prueba de 4×100 metros masculino; los tres primeros deportistas mencionados son afro.
No muy lejos Bélgica, aunque con menos medallas afro, también tiene. Es el ejemplo de Nafissatou Thiam quién obtuvo medalla de oro en heptatlón femenino. Su compatriota Bashir Abdi también sumó preseas belgas en la prueba de maratón masculino llevándose bronce.
Finalmente, España fue representada por caras afro que nunca olvidaremos. La primera fue Ana Peleitero que con una marca de 14.87 metros alcanzó récord nacional en el salto triple. Su compatriota Rayderley Zapata obtuvo la medalla de plata en gimnasia artística masculina, donde quedo con 14.933 puntos, al igual que el israelí Artem Dolgopyat, pero este último hizo una coreografía con mas dificultad.
Ahora bien, algo muy interesante de la Unión Europea y Reino Unido, es que la comunidad afro no está protegida bajo políticas inclusivas sino todo lo contrario. A diferencias de otros grupos vulnerables (mujeres, niños, migrantes, etc.) esta población es continuamente relegada y olvidada. ¿Entonces a que se debe el éxito deportivo de los afros europeos? Pues bien, no solo es por la migración si no por los procesos de integración de estas comunidades sumado a la educación de calidad que les permite recibir formación deportiva y apoyo al deporte. Con el estándar generalizado de una educación gratuita; esta comunidad accede a carreras profesionales centradas al deporte generando capital semilla de futuros deportistas de alto nivel.
Para concluir, las narrativas inclusivas evidencian que las sociedades ortodoxas cómo la europea reconoce el valor y la importancia de una comunidad que por mucho tiempo fue renegada. A pesar de ello, el llamado constante es el de resaltar que el individuo negro también se mueve dentro de otras esferas y es allí donde la tarea estatal es de vital importancia en tanto el apoyo va más allá de lo económico. La Europa de hoy abre los ojos y rinde homenaje a personas que con resiliencia y vigor han sabido construir memoria colectiva y demostrar que el trabajo duro, inversión focalizada y la inclusión son la clave para ponerle cara y color a convocatorias cómo los juegos olímpicos.