Mano de Buey hace historia: el primer registro sanitario artesanal étnico del viche en Colombia

Mano de Buey hace historia: el primer registro sanitario artesanal étnico del viche en Colombia

Desde Fundación ACUA celebramos un hito histórico para las comunidades del Pacífico colombiano y para el país: la marca Mano de Buey, liderada por el productor vichero Onésimo González Biojó de Soledad Curay, Tumaco, ha obtenido el primer Registro Sanitario especial en la categoria Artesanal Étnica del INVIMA para el viche, una bebida tradicional afrocolombiana profundamente arraigada en los saberes del pueblo negro.

Este logro no solo abre las puertas para la comercialización legal del viche, sino que representa un acto de reparación histórica y de dignificación de los conocimientos ancestrales que durante siglos han sido marginados, estigmatizados y en muchos casos criminalizados.

Un reconocimiento institucional al saber ancestral

El viche es mucho más que una bebida alcohólica: es un símbolo de resistencia, identidad, medicina tradicional y espiritualidad. Su producción ha sido parte integral de la vida cultural del Pacífico, especialmente en comunidades rurales y afrodescendientes. La obtención de este registro sanitario por parte de Mano de Buey marca la primera vez que el Estado colombiano reconoce oficialmente el valor cultural de este saber mediante una figura legal pensada específicamente para productos étnicos y artesanales.

Este nuevo tipo de registro, gestionado por el INVIMA en articulación con comunidades, organizaciones e instituciones, permite adaptar los procesos sanitarios sin despojar al producto de su esencia cultural ni imponer modelos industriales ajenos a su origen.

Mano de Buey: una marca con raíces profundas

Mano de Buey es la marca de viche creada por Onésimo González Biojó, un productor vichero que ha dedicado su vida a la defensa del conocimiento tradicional afrocolombiano. Su trabajo es el resultado de procesos colectivos, acompañados por diversas organizaciones comunitarias y con el respaldo de aliados institucionales, que han sabido defender el derecho de los pueblos a producir, circular y vivir de sus propios saberes.

La obtención del registro fue posible gracias a un proceso de varios años que involucró acompañamiento técnico, diálogo intercultural y coordinación jurídica. Todo esto sin perder de vista el objetivo principal: proteger el saber del vichero y garantizar condiciones dignas y justas para su circulación.

¿Qué sigue después del INVIMA?

Aunque este reconocimiento representa un avance enorme, el trabajo no termina aquí. La obtención del registro por parte de Mano de Buey debe ser el punto de partida para un proceso más amplio que incluya:

  • La ampliación del acceso al registro para más productores tradicionales.

  • La protección legal de los conocimientos ancestrales frente a su apropiación por actores externos.

  • El fortalecimiento de las cadenas de valor con enfoque étnico, que respete el ciclo productivo y cultural del viche.

  • La promoción de políticas públicas que reconozcan el papel de las comunidades afrodescendientes como guardianas de este saber.

Un camino colectivo

Desde Fundación ACUA reafirmamos nuestro compromiso con las comunidades que protegen, transforman y transmiten saberes ancestrales. Este logro de Mano de Buey es también una inspiración para otros procesos que están luchando por el reconocimiento de sus productos y conocimientos tradicionales en Colombia y América Latina.

Que viva el viche, que viva el saber del vichero y la vichera, que viva el Pacífico colombiano.