Las iniciativas locales del litoral Pacífico colombiano son ejemplos de resiliencia y emprendimiento local.

Las iniciativas locales del litoral Pacífico colombiano son ejemplos de resiliencia y emprendimiento local.

Por: Juan Santoyo

En el territorio de Nuquí y el Golfo de Tribugá existen modelos de vida y de autogestión territorial sostenibles que debemos apoyar.

En medio de la urgencia sanitaria que atravesamos por la pandemia, la crisis climática sigue alarmando la comunidad internacional. Son múltiples las organizaciones internacionales que alertan la opinión pública e incentivan los gobiernos nacionales a tomar medidas y adaptar políticas que fortalezcan la gobernanza ambiental, de la mano de las comunidades locales.

La región biogeográfica del Pacífico es un espacio de suma importancia medioambiental y geográfica por abarcar la conexión entre los dos continentes y asociar las riquezas marino-costeras del océano pacífico con las riquezas naturales de la cordillera de los Andes. Su alta pluviosidad, su condición tropical y su aislamiento debido a la densidad de su selva, hacen de esta región una de las más biodiversas del planeta con un alto nivel de endemismo. Pese a que el equilibrio de este pasillo natural es sumamente delicado, varios megaproyectos de infraestructuras hacen de esta importante región el escenario de múltiples intereses.

En lo que concierne el territorio colombiano, esta región concentra cerca de 9% de la cobertura forestal del país y es un punto clave de biodiversidad que se extiende por todo el litoral occidental colombiano. Esta región colombiana es particularmente estratégica para diversos intereses económicos legales como ilegales, y sus habitantes, una población mayoritariamente afrocolombiana e indígena, ha forjado su modelo de vida en medio de la adversidad y una escaza presencia del Estado.

El modelo de desarrollo nacional no se ha traducido en la generación de servicios públicos básicos ni en inversión social para los departamentos de la costa Pacífica: las consecuencias se reflejan en los altos índices de pobreza multidimensional como en la alta presencia de actores y economías ilegales.

En este contexto, las comunidades étnicas que componen el territorio encaminan alternativas al desarrollo convencional y adelantan propuestas sostenibles como el turismo comunitario responsable, la producción agrícola tradicional y la pesca artesanal con prácticas responsables.

Como Josefina Klinger y José Camilo Mosquera, líderes comunitarios del Municipio de Nuquí (Chocó), son múltiples las iniciativas, propuestas y liderazgos que componen la región. Si bien son conscientes de las dificultades y de la brecha socioeconómica que aquejan la comunidad chocoana, su criterio es firme al afirmar que las soluciones para desarrollar armónicamente la región deben venir desde abajo y desde adentro de las comunidades y no, soluciones prefabricadas, importadas del centro del país.

La propuesta de Josefina en el territorio es amplia y se expresa por medio de distintos emprendimientos que ha construido a pulso. Tanto la Corporación Manocambiada que fundó y dirige, como los grupos comunitarios y emprendimientos que articula, se destacan por ser todos procesos. Estos procesos sociales, basados en la solidaridad y el empoderamiento, reúnen las particularidades y las fortalezas de un pueblo que valora su historia, su entorno y su fuerza. La apuesta por un modelo de gestión territorial entorno a las riquezas naturales que ofrece su región, se acompaña del saber y el sentir de su comunidad. Esta suma de voluntades ofrece soluciones económicas viables, compromisos ambientales claros y forja pactos sociales entre sus habitantes, a la hora de tomar decisiones para su bienestar. El compromiso de Klinger es también con las generaciones futuras. Si bien su lucha no se extingue con el pasar de los años, Josefina respalda los jóvenes chocoanos que proponen ideas sostenibles, debaten alternativas y buscan organizarse.

José Camilo Mosquera, más conocido por su pseudónimo artístico como “Jhonax Mundial”, hace parte de esta generación joven que deja huella por su carisma, su música y su compromiso por su región. Su amor por el Chocó lo expresa por medio de sus redes sociales compartiendo videos de viajes que realiza, proyectos sociales que emprende y canciones que le dedica a la naturaleza y a su gente. Como José Camilo, el Grupo Ecológico Nuquí Guardianes Ambientales refleja la vocación y el interés que tienen los jóvenes nuquiseños en emprender proyectos organizados de reciclaje y de arte para sensibilizar a la comunidad sobre el cuidado y el respeto que se le debe dar al ecosistema en el que nacieron.

Ambos líderes subrayan que la educación en estos territorios es fundamental para que toda la población reconozca y valorice la magnitud de la riqueza que se tiene y sea capaz de compartirla con el mundo a través de sus modelos propios de desarrollo y bienestar. Por otro lado, frente a las dificultades y realidades socioeconómicas que vive la región, las banderas del desarrollismo industrial y extractivista prometen a la comunidad riquezas, internacionalización y modernidad, mediante la llegada de mega obras como el proyecto de puerto de aguas profundas de Tribugá. Este proyecto, concebido para la llegada de buques de última generación provenientes de países de la cuenca asiática sería, según los empresarios de la Sociedad Promotora Proyecto Arquímedes S.A., la solución que tanto ha esperado el olvidado corregimiento de Tribugá, el municipio de Nuquí y el departamento del Chocó. La publicidad ha dicho de todo para que se acepte la construcción del puerto: Dice que el puerto enriquecerá a la comunidad, que promoverá las actividades culturales, que su construcción no hará ningún daño a las playas ni a los manglares, que habrá carreteras, trenes, muelles, agua potable, electricidad 24 horas; ¡En fin! Dicen que el puerto será verde para que las ballenas, tortugas y otras especies que viven, se reproducen y circulan en la región, no se vean afectados por la mega obra.

En cuanto al costo, las cifras no son claras. De acuerdo con la Agencia Nacional de Infraestructura “el proyecto que se encuentra en trámite tiene una inversión estimada por el solicitante de USD $282.923.569 dólares de diciembre de 2017”. Según la consultora INCOPLAN S.A, la obra de la terminal marina está evaluada en USD $354.972.366,8.

Según estos datos, el proyecto de Puerto cuesta alrededor de 1.4 billones de pesos. Si se tiene en cuenta que el PIB para el año 2019 fue de 1,062 billones de pesos (Según el DANE) y el presupuesto nacional de inversión es de 47 billones de pesos (Según lo aprobado por el MinHacienda), el costo de esta obra representa un 21% más del PIB nacional registrado en el año 2019 y un 3% del presupuesto nacional de inversión para el año 2020.

 

El pretencioso proyecto llamado Puerto de Tribugá o Puerto de aguas profundas en el Pacífico Norte, está impulsado por el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 e inscrito en el actual Plan Plurianual de Inversiones.  Pese a su apoyo directo por parte del gobierno, el modelo presenta una serie de retos de infraestructura como de inversión a los que se suman los impactos ambientales y sociales que generará. La falta de licencias ambientales y la demagógica estrategia comunicacional de la sociedad promotora del puerto, ha generado amplias dudas sobre la legalidad o conveniencia de este proyecto.

La adaptación de las políticas públicas para enfrentar la urgencia climática que viven regiones sensibles como la región biogeográfica del Chocó presentan entonces dos caminos: escuchar las propuestas de vida que la comunidad tiene para exponer, y como dice Josefina Klinger, que ellas sean las anfitrionas, o bien, reproducir un modelo obsoleto a cuestas de destruir lo irreparable y desconocer las capacidades, virtudes y visiones de nuestros territorios.

En Colombia, los paraísos naturales son custodiados por líderes como ellos que debemos escuchar.

La siguiente entrevista fue grabada por miembros de la Fundación ACUA en abril 2020 en el marco de la campaña #NuquíDefiendeSuTerritorio.

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